San Pedro de Macorís
28-09-2022
Para descargar PDF con la carta completa: CARTA.DEMANDAS.MCD
Nosotras, mujeres con discapacidad de Azua y de San Pedro de Macorís nos enfrentamos cada día a múltiples barreras que afectan a nuestra salud física y emocional y a nuestro bienestar. Solo por el mero hecho de ser mujeres y tener una discapacidad sufrimos múltiples violencias que atentan contra nuestros derechos.
El estado dominicano, es el encargado de velar y proteger los derechos de todos los dominicanos y todas las dominicanas, incluidas nosotras, las mujeres con discapacidad, así lo establece la Constitución dominicana en su artículo 58 donde dice que “El Estado promoverá, protegerá y asegurará el goce de todos los derechos humanos y libertades fundamentales de las personas con discapacidad, en condiciones de igualdad, así como el ejercicio pleno y autónomo de sus capacidades” mandato que también se establece en la Ley 5-13 sobre Igualdad de Derechos de las Personas con Discapacidad indicando que el estado debe dar respuesta a nuestras necesidades, asegurar que se cumplan nuestros derechos y velar por nuestra inclusión y participación en la sociedad.
Pero nuestra realidad es otra muy diferente, día a día tenemos que enfrentar discriminación, abusos, falta de accesibilidad y de sensibilidad, violencia familiar, de género y estructural, estamos desatendidas y desprotegidas, no existen políticas públicas que nos tomen en cuenta, ni contamos con apoyos o servicios de protección, tampoco tenemos oportunidades de progresar, somos invisibles…
Desde aquí queremos hacer un llamado a la reflexión y que tanto el gobierno, las instituciones proveedoras de servicios y la sociedad en general escuchen nuestras demandas y nos tomen en cuenta.
Demandamos en primer lugar la falta de accesibilidad:
- En calles y aceras, que nos impide transitar con seguridad y nos limita el acceso a múltiples servicios, instituciones o comercios, ya que la gran mayoría de las calles están en mal estado y no hay rampas, hay postes, matas, puntos de venta, vehículos y un sin fin de obstáculos que impiden el paso, así como la falta de elevados accesibles y seguros para cruzar las calles y avenidas. Todo esto hace que las personas tengamos que caminar por la calle, potenciando el riesgo de que suframos caídas y accidentes.
- En los edificios públicos y privados, ya que hay una gran ausencia de rampas en las entradas y muchos de ellos no cuentan con ascensores o, si los hay, casi siempre están dañados lo que nos impide acceder a lugares de servicio clave como: hospitales, fiscalía, ayuntamientos o centros de acogida entre otros. También es inexistente en estos lugares baños adaptados y accesibles.
- En el transporte: ni en Azua ni en San Pedro hay medios de transporte accesible para las personas con discapacidad, tanto en el transporte interno dentro de las ciudades, como en los que se dirigen a las demás localidades y provincias, por eso el gobierno debe tener en cuenta también a las provincias y a las personas que vivimos en el campo y traer las iniciativas que han estado inaugurando en la capital con autobuses accesibles en los corredores públicos.
En segundo lugar demandamos la accesibilidad en los hospitales y centros de atención médica no solo a nivel estructural, sino con la mejora del mobiliario e instrumental ya que por ejemplo las camillas son insuficientes e inaccesibles para muchas personas con discapacidad físico-motora porque no se pueden ajustar en altura. También pedimos que se realice una sensibilización y humanización al personal médico y de atención y se capacite sobre el trato a personas con discapacidad, ya que en muchas ocasiones sufrimos de discriminación y mal trato verbal que vulnera nuestros derechos y nuestra autoestima. Así mismo es necesaria la presencia de personas conocedoras de la lengua de señas que puedan comunicarse con personas sordas y la colocación de carteles en Braille y dispositivos especiales que permitan la comunicación con personas no videntes.
En tercer lugar queremos apelar a la concientización, educación y sensibilización de:
- Las familias y la sociedad en general que presentan prejuicios y acciones de discriminación sobre nosotras, maltratándonos, rechazándonos, escondiéndonos y apartándonos de la vida en sociedad, que entiendan que somos personas con los mismos derechos y que merecemos respeto y ser tratadas de manera igualitaria y digna.
- Al personal de las instituciones públicas y de atención ciudadana: donde también sufrimos discriminación y falta de calidad en los servicios ya que el personal no tienen ningún conocimiento sobre el trato a personas con discapacidad y tampoco existen como mencionamos de los hospitales, intérpretes de lengua de señas, o carteles en Braille o dispositivos especiales para personas no videntes
- Es esencial sensibilizar en la educación vial, tanto en el tránsito de personas y la circulación de vehículos para que respeten a los peatones y cumplan las normas viales, como en la instalación de dispositivos que faciliten a los peatones y personas con discapacidad movilizarse de forma segura en las calles, como por ejemplo las señales acústicas en los semáforos para que las personas no videntes sepan cuando pueden cruzar las calles de manera segura.
Y por último necesitamos que las leyes y políticas públicas incorporen de manera transversal el enfoque de discapacidad y de derechos en general, pero con mayor hincapié en:
- La prevención de la violencia doméstica e intrafamiliar, ya que son muchos los hogares donde las mujeres recibimos agresiones físicas o verbales solo por tener una discapacidad
- Reducir la falta de accesibilidad y discriminación que sufrimos a la hora de acceder a educación y un trabajo digno
- Abastecer de manera viable dispositivos de apoyo a personas con discapacidad de escasos recursos y situación de vulnerabilidad que necesitan de sillas de ruedas especializadas, bastones, muletas y otros dispositivos que son de suma importancia para nuestro desarrollo e independencia.
- Construir y adaptar las viviendas ya que muchas se encuentran en mal estado y no son accesibles impidiéndonos la movilización en nuestros propios hogares, lo que genera riesgo de caídas, lesiones y empeoramiento y agravamiento de nuestra discapacidad.
- Una mayor atención de las entidades gubernamentales a las problemáticas de las personas con discapacidad, ampliando nuestra cobertura de salud, incluyéndonos en los programas de ayuda del gobierno y facilitándonos el acceso a becas de estudio y pasantías laborales, entre otras.
Queremos hacer un llamado a las entidades responsables de dar respuesta a estás problemáticas y garantizar nuestros derechos, como son:
- Alcaldías y Gobernaciones de Azua y San Pedro de Macorís
- Senadores y senadoras, diputados y diputadas de Azua y San Pedro de Macorís
- Ministerio de Salud Pública
- Ministerio de Obras Públicas
- Ministerio de la Mujer
- Ministerio de Trabajo
- Ministerio de Educación y Educación Superior
- INFOTEP
- Policía Nacional
- Plan Social de la Presidencia
- SENASA
- Ministerio de Medio Ambiente
- Dirección General de Seguridad de Tránsito y Transporte Terrestre (DIGESETT) entre otros
Desde aquí queremos que se escuchen nuestras demandas y que tengan en cuenta nuestra voz y propuestas para que, juntos, podamos lograr la inclusión total en la sociedad y dejemos de sufrir discriminación, abusos y violencias.
Es esencial que en el sector educativo y específicamente en los programas de formación a profesionales y prestadores de servicios, se incluyan materias relativas a discapacidad, para que podamos recibir un trato digno, de calidad e igualitario.
Necesitamos profesionales conocedores del enfoque de derechos y discapacidad con sensibilización en el trato y terminología no discriminatoria, entre otros.
Como hemos expresado las barreras que más se ven son las físicas, es importante entender que la accesibilidad es un deber y un derecho y que todas las personas debemos poder acceder a todos los espacios, pero hay otro tipo de barreras actitudinales, que no son tan visibles, pero que nos afectan de igual o mayor modo y que hay que derribar para que podamos recibir un trato sin violencia y sin discriminación y ser tratadas con respeto.
La inclusión de las personas con discapacidad requiere un trabajo en conjunto entre nosotras mismas, nuestras familias, las instituciones que trabajan discapacidad, los proveedores de servicios y su personal, el estado y la sociedad en su conjunto para que de esta manera todos los niveles y sectores cambien la mirada que tienen de las personas con discapacidad de tal manera que vean que la condición de salud no es la que nos limita, sino que son las barreras del entorno las generadoras de desigualdad y las que nos impiden desarrollarnos y participar plenamente en la sociedad.